5 de mayo de 2019

Íntimo

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Hay cosas que ni el viento conoce de mí, se las he ocultado en la oscuridad de la noche, en la dimensión de los sueños. No todos mis cantos ha escuchado la luna, algunos los pregono en la memoria misma, fingiendo que en nada pienso. Hay cosas que vivo para mí en la misma soledad, refugio de los momentos como barca solitaria en el viejo muelle atada entre tablas. 

Ni todo lo que vivo sale a relucir en los claros de las evidencias; podrían vulnerar mi alma, poniendo en riesgo al mismo amor de por medio. Soy de los que se dan de a poco, para no derrochar hasta que no queda nada y que el día de mañana no tenga más para ofrecer a quien de verdad lo merezca. 

Soy rara mezcla de soledad con ruidos; se deja escuchar sin ser visto, es un fantasma que todos ven deambulando en el camino de los silencios carentes de decibeles. 

Tras máscaras de carnaval oculto, protegiendo identidad, más con la sincera sonrisa que ahuyenta a la hipocresía. 
Soy como un mar, a veces insolente, a veces en calma; cielo estrellado con algunos días nublados, otros con lluvia y otros solo brisa. 

Hay cosas que ni el viento, ni la luna pueden conocer, solo el eco de las entrañas que escribiendo van memorias en la libreta de los recuerdos más recónditos e íntimos.

                 Xavier Hernández©

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