8 de noviembre de 2017

Liberado



                                                     Imagen ilustrada de Vera Van Wolferen




Decidió no encerrarse más en un aislado rincón cada vez que tuviera
un mal día. Opto por caminar sin rumbo, como barca con el timón a
la deriva; y llegar a un lugar cualquiera que fuere, cualquiera que le hiciera
sentirse cómodo.
Vago y divago arrastrando en sus pies el peso de sus malos ratos,
no supo cómo, pero había llegado al pequeño muelle donde los pescadores
partían en la búsqueda de su sustento.
Levantó su mirada y vió aquel tranquilo e inmenso mar frente a él; a lo lejos
las pequeñas embarcaciones en pesca, pelícanos sobre volando, gaviotas
escandalosas y una brisa refrescante tan relajadora.

Se sentó sobre el muelle de madera y miro hacía atrás, a lo lejos un mendigo
recolectando basura le causó compasión.
volvió la mirada al mar y reflexiono; cualquiera tiene malos ratos, pero otros
viven malas temporadas, sin embargo luchan por sobrevivir y no desistir.
Se levantó, miró al cielo, cerrando los ojos se comenzó a sentirse liberado;
como si levitara, aun cargando el peso en sus pies; ligero y liviano.

Comprendió que la vida sigue a pesar de los pesares, basto ver a un mendigo
en mayores dificultades que él para reaccionar y continuar con fe en el camino
de la vida y esmerarse por cumplir los objetivos.

Malos ratos siempre habrá; pero vida, no.





                                                                   Xavier H.©

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