25 de noviembre de 2017

Negros relatos







Tres millones de personas llevan todos los dias
un arma corta cargada en Estados Unidos y
nueve millones la llevan por lo menos una vez
al mes. La razón principal de ir armados es la
protección personal según informe publicado 
en el American Journal of public Health.








        El diablo tiene cara de humano y
        la muerte siempre le acompaña 
        a todos lados con un saco a la espalda. 
        Uno tienta y el otro carga...






Relato 1


Texas (Estados Unidos)
Día de acción de gracias, cuarto jueves del mes de noviembre como cada año. Un día de unidad familiar para agradecer y compartir con los seres queridos; entre cena donde el menú siempre será el típico pavo y las actividades compartidas en familia.

Sin embargo no todos pueden disfrutar el día feriado completo por tener que laborar, deben conformarse con llegar por la noche e integrarse al festejo. 
Exactamente eso pasaba por la mente de González, oficial de la patrulla de caminos mientras circulaba al sur de la interestatal 45; Si todo continuaba sin relevancia como hasta ahora, podría llegar a tiempo con su familia.
La velocidad de un malibú color gris irrumpió los pensamientos de González quien aceleró para dar alcance e infraccionar al veloz piloto. ¿Qué prisa llevará? se preguntaba mientras el malibú salía al costado de la carretera, quedó detrás del infractor, bajó de su patrulla y caminó con su libreta de infracciones en la mano.
Dio toques sobre el cristal del conductor y camino hacia la parte trasera del vehículo para inspeccionar, volvió para hacer contacto con el conductor -me permite sus documentos sugirió; la respuesta fue dada por el plomo de varias balas que salieron del arma portada por el conductor. González cayó al costado luchando por salvar su vida y en el pensamiento su familia.
Un mal día para morir; González se quedó a horas de agradecer junto a los suyos por las bondades recibidas.
Para el destino no existen fechas a celebrar,también llega inesperado con un arma en las manos equivocadas.


Xavier H.©





















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